Amarás a Dios y a tu prójimo como a ti mismo
El Evangelio en nuestra coyuntura
”Jesús le dijo: vete y haz tú lo mismo”
Lucas 10, 25-37
Indolentes e indiferentes
Todos los días, en cada ciudad, alguien es asaltado, herido o asesinado. Ya no nos conmueve, nos hemos acostumbrado. Qué lejos estamos de las enseñanzas de Jesús. Nos hemos vuelto insensibles e indiferentes al dolor o desgracia de los que nos rodean. Perdón, Señor, abre nuestros ojos y nuestros corazones.
Verdades que incomodan
Frases como: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, o “Debes ver a Jesús en el rostro de los que más sufren”, son verdades que incomodan y que la mayoría preferimos ignorar. Es decir, sabemos que son verdades, pero asumimos que no son dichas para nosotros.
Ayudar a otros nos saca de nuestra zona de confort
Y es que estamos demasiado preocupados y ocupados en nosotros mismos, el tiempo ya es corto para atender nuestros propios intereses, que resulta “imposible” hacerse cargo de alguien más. Es lo que creemos y nos estamos apagando como seres humanos. Necesitamos con urgencia una nueva manera de ver y de vivir.
Servir a los demás
Lo pregonan las autoridades, los políticos, los líderes sociales y también religiosos. Pero a la hora de la verdad no lo aplican. Se dice fácil, se promete fácil, pero no se cumple. Aprendamos de los pocos que dan ejemplo, la mayoría de las veces en el anonimato.
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