La justicia social en el Evangelio
Lucas 16, 19-31
EVANGELIO EN NUESTRA COYUNTURA
El pan nuestro de cada día
Cuando era pequeño, mi abuela me enseñó que el pan era la carita de Dios, había que cuidarlo, no comerlo a medias y menos desperdiciarlo. Hoy, este pan, frecuentemente escaso y cada vez más pequeño, refleja muy bien el momento delicado que vive el país. En su gran necesidad y fragilidad constatamos: el descuido de las autoridades, el negociado de otros, el acaparamiento de unos más y la permanente demanda de la mayoría. Un legado y patrimonio que debemos cuidar y precautelar, como piden nuestras abuelas.
Una ley que devuelve esperanza
Hace pocos días se ha promulgado, por fin, la ley 603 que declara nulo de pleno derecho toda unión o matrimonio que involucre a menores de edad. La anterior legislación permitía las uniones con menores de 16 años con el consentimiento de los padres. Cuánto abuso, violencia y sufrimiento produjo este despropósito. Estamos ante una nueva oportunidad para restaurar la seguridad, libertad y dignidad de nuestros niños y jóvenes, pero queda mucho que hacer, en las familias y en la sociedad.
Sistema de salud colapsado
La demagogia, mala administración, sindicalismo irresponsable y una galopante corrupción son las principales causas. Hay pacientes renales en vigilia exigiendo servicios de hemodiálisis, otras veces han salido también enfermos de cáncer exigiendo atención. No hay respuestas duraderas, mientras tanto suman y siguen denuncias de malos manejos en diversas áreas de la administración del Estado. Todo un escándalo a los ojos de Dios y su reino de justicia.
Próximo gobierno: una plaza nada atractiva
Vocación de servicio, mucho sacrificio, mayor austeridad, capacidad para soportar críticas, incomprensiones y sabotajes, vigilancia social permanente… todo para un gobierno de transición plagado de dificultades. Es la plaza en disputa en las elecciones de segunda vuelta del próximo 19 de octubre. Para ser justos, a todos los demás nos toca ejercer un control social corresponsable para la reconstrucción de un país en quiebra. No se debe pasar por alto, de ninguna manera, el juicio, reparación de daños y castigo para los responsables de la actual situación.
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